Redes Sociales dentro de la empresa: ¿Quién no quiere tener la sensación de estar dirigiendo su carrera profesional?

(Artículo publicado en el número de abril de 2011 de la revista BIT del COIT.)

Las redes sociales no sólo han venido a conquistar Internet en los últimos tiempos, también se han introducido en la mente de nuestros empresarios y altos directivos generando un runrún permanente: ¿cómo aprovechar la potencialidad de las redes sociales como medio de comunicación directo, universal, flexible, informal… en mi compañía?, ¿merecen sus beneficios el coste o riesgos que puedan generar?.

En lo que respecta a los clientes se puede decir que no ha habido apenas discusión. Numerosas compañías han iniciado ya la conversación con sus clientes en los medios sociales donde se han encontrado, en general, construyendo una verdadera comunidad de fans caracterizados por su espíritu de crítica constructiva y proactividad. Los clientes han descubierto un canal de comunicación sincero y honesto con la empresa, que responde a sus dudas, y la empresa ha descubierto un potente vehículo de comunicación y fidelización: un verdadero tesoro para cualquier compañía.

En cambio, el uso de los medios sociales dentro de la empresa, con todo su potencial para acercar y alinear a los empleados, para motivarlos y formarlos, para mejorar la productividad… apenas se ha desarrollado. Los empleados más “internautas-sociales” se mueven en general en terreno de nadie mientras la decisión se pospone, a menudo, por la incertidumbre de a dónde nos llevará.

Por supuesto, no todo son luces en las redes sociales: es necesario formar a sus futuros usuarios (sin coartarles ni limitarles); pero una vez hecho esto, no pueden quedar sino grandes ventajas que deberían animar a todas las compañías a usarlo.

Para empezar, es bueno constatar cómo algunos medios sociales como Twitter, que comenzaron con una conversación más banal, están cambiando según maduran los “internautas-sociales “hacia una conversación más productiva tanto en el terreno personal (autorrealización) como en el profesional (productividad).

Muchos son los valiosos usos que se puede dar a una red social interna a una compañía (ya solucionada así la confidencialidad e intimidad), pero por destacar algunos, este medio de conversación puede facilitar el descubrimiento de colaboradores dentro de la compañía (profesionales que trabajan en temas adyacentes); permite encontrar conocimiento, ideas, inquietudes profesionales o personales y compartirlo con compañeros de otras áreas, o de otros centros (aquel conocimiento tácito del que hablaba la Gestión del Conocimiento de los 90); genera de manera espontánea redes de conocimiento, se convierte inmediatamente en un gran “conseguidor”, figura que dentro de la empresa no tiene precio como catalizador (productividad)…

Pero sobre todo, los medios sociales dentro o fuera de la empresa son una potente herramienta de crecimiento personal y profesional, de auto-motivación, un medio donde aportar y ser reconocido por ello, donde compartir y argumentar para convertirse en experto (“mastery”) teniendo una cierta sensación de autonomía y de estar dirigiendo uno mismo su carrera profesional.

Sin duda, disponer de un medio social de uso interno en la empresa será en un futuro cercano un rasgo distintivo de las empresas más productivas y especialmente de los mejores lugares para trabajar (“Best place to work”).

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